viernes, 22 de febrero de 2008

LA GRAN LUCHA DEL CASINO

Una huelga histórica
Los métodos de la dictadura contra el Casino








A fines de enero, cuando se cumplían 80 días de huelga, la Prefectura y la Federal, en un operativo conjunto, desalojaron los dos piquetes que habían emplazado los huelguistas del Casino Flotante, mientras otro grupo mantenía el acampe en Plaza de Mayo.
La detención de 16 compañeros, seis por la Prefectura y diez por la Federal, fue premeditada. Los apresados por Prefectura en el interior del puerto estuvieron secuestrados en un lugar desconocido, donde fueron ferozmente golpeados. Los otros diez recibieron golpes brutales en el momento de la detención y luego fueron desnudados y golpeados, al estilo Abu Ghraib, para humillarlos.
Se buscaba quebrar la moral de una huelga que superó ocho represiones y emergió firme de cada una de ellas para sostener con la acción directa y colectiva siempre los mismos objetivos: la reincorporporación de los despedidos y la reinstalación de los delegados. Impedir que el Casino funcione y golpear al poder político - íntimamente ligado a la patronal- , y a la patota sindical, responsables de los despidos y el desafuero del Cuerpo de Delegados. Ése el camino necesario de esta lucha.
Semejante represión es ya una marca que llevará para siempre el gobierno de Cristina Kirchner. La sacó de las casillas que en enero el Casino sólo facturara el 30% de su movimiento habitual.
La represión brutal fue consecuencia, también, del fracaso del cerrojo periodístico que rodeó durante las últimas semanas al conflicto, porque aun sin prensa el piquete siguió asediando el barco.
Los piquetes y el acampe, apoyados por el movimiento obrero, estudiantil, combativo y de izquierda hicieron las veces de una ocupación del lugar de trabajo, un barco que está en jurisdicción militar. Las corrientes que denostaron el acampe sorpresivo del 20 de diciembre quedaron desautorizadas cuando se impuso contra un gobierno que no deja acampar en la Plaza de Mayo. También quedó desautorizada la propuesta de hacer "una carpa de la dignidad" en Plaza Congreso, como alternativa a los piquetes, lo que hubiera implicado levantar la huelga sin decirlo.
Durante tres meses, contra viento y marea, la huelga del Casino se transformó en un punto de reagrupamiento de todas las luchas del movimiento obrero independiente atacado por la burocracia. Su derrota ha sido un objetivo estratégico para el gobierno. El gobierno quiere la derrota de la lucha del Casino para reforzar las patotas de la burocracia del Smata contra los trabajadores de Dana, las de la UTA contra los del subte, la represión contra los compañeros de Pagoda en San Luis.
La lucha del Casino enhebró una jornada nacional de notable éxito, con medidas en distintos puntos del país. Golpearon especialmente al testaferro kirchnerista Cristóbal López y obligaron a una parte de los medios a husmear en los tragamonedas que acumula este "nacional y popular".
Los huelguistas del Casino marcan un camino para quebrar a la patronal con todos los métodos de la lucha de clases. El gobierno que se presenta como el campeón de los "derechos humanos" los enfrentó con los métodos de la dictadura: el respaldo de todo el régimen político, las patotas, la Justicia y la prefectura de Febres.
La huelga del casino se desarrolló en un marco de relativo aislamiento, pues los grandes contingentes obreros también han protagonizado en el verano luchas aisladas.
Los huelguistas y, en particular, el Cuerpo de Delegados han explorado todas las vías de negociación que el frente estatal-patronal se empeñó en bloquear, violando toda la legislación vigente. Se obligó a un ministro a decretar una conciliación obligatoria que no quería y que nunca cumplió: prefirieron cerrar el barco e ir a la Justicia penal. De este modo quedó en evidencia, siempre, que el camino de la lucha más firme y decidida no era un "capricho" sino la conclusión inevitable de una situación concreta, frente a los explotadores.
Lo que hoy importa es que la asamblea y el Cuerpo de Delegados estén al frente de este momento crítico de la huelga, sosteniendo las banderas por las que luchan, que más tarde o más temprano retomarán muchos compañeros dentro del Casino y fuera de él, después de la enorme experiencia política y de lucha recorrida.
La representación de los compañeros despedidos, sus demandas, la defensa de la organización y el convenio en las condiciones del proceso pos huelga son hoy preocupaciones clave. Todas las medidas de acción que desarrollamos estos días tienen que estar al servicio de defender las posiciones conquistadas y las conquistas sociales arrancadas.
Igualmente, las acciones para llevar a fondo el esclarecimiento y castigo de las torturas y la represión forman parte de una lucha de conjunto por la defensa de las libertades democráticas y de organización y lucha del movimiento obrero y de cara al próximo 24 de Marzo.
Necesitaron reprimir con los métodos de la dictadura porque esta huelga ha sido una lucha formidable de una vanguardia de la clase obrera, de una nueva generación.



Néstor Pitrola




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